El cambio climático es más que una palabra de moda que se usa cuando llega una gran tormenta: es la mayor amenaza para la humanidad en la actualidad. Para los defensores del clima y los fanáticos del fútbol, es importante identificar cómo ambos se superponen. Al abordar la contribución que hace el mundo del fútbol al cambio climático y cómo las consecuencias ya están afectando al deporte, se hace evidente la necesidad de cambios sistémicos.
Vuelos innecesarios, saturación del calendario y acuerdos de patrocinio
Una de las preocupaciones más comunes son los vuelos cortos innecesarios. Si tomamos como ejemplo la Premier League, numerosos clubes alquilan aviones para vuelos de tan solo diez minutos. Viajar en tren o autobús debería ser el principal medio de transporte para distancias tan cortas. Una respuesta común de los críticos sugiere establecer un límite de distancia mínima o tiempo de viaje antes de permitir los vuelos, pero en última instancia es necesario un ajuste en términos de actitud y enfoque. Implementar restricciones ayudaría, pero fomentar una mentalidad que priorice los trenes sería lo más beneficioso.
Otro problema es el calendario futbolístico ampliado. Ya sea el cambio drástico de la FIFA del Mundial de Clubes, que pasó de la antigua configuración de 7 equipos jugando 7 partidos al nuevo formato de 32 equipos jugando 63 partidos, la incorporación de 16 equipos más y 40 partidos más a la Copa Mundial de la FIFA, o el nuevo formato de la Liga de Campeones de la UEFA con 64 partidos más, estas ampliaciones no tienen en cuenta a los jugadores, los aficionados y el planeta. Numerosos futbolistas se han pronunciado en contra del calendario sobrecargado, y ya se han producido huelgas de jugadores y emprendido acciones legales contra la FIFA. Esto no sólo afecta a la seguridad de los jugadores, sino también al éxito del club y a la experiencia de los aficionados cuando los jugadores clave sufren lesiones que ponen fin a la temporada.
Otro problema a destacar es el patrocinio. Algunos de los acuerdos de marca más comunes involucran a aerolíneas, compañías de petróleo y gas y bancos. La quema de combustibles fósiles es la principal causa del cambio climático, y la comunidad futbolística debe distanciarse de los mayores contaminadores del mundo. Los viajes en avión son el medio de transporte más sucio, y las compañías de petróleo y gas están liderando la forma de contaminar el planeta y limitar la transición a energías limpias. Por último, aunque de manera indirecta, los bancos han contribuido significativamente a la crisis climática al invertir billones de dólares en la industria de los combustibles fósiles.
Recientemente, la FIFA recibió inmensas críticas cuando anunció una nueva asociación con Saudi Aramco. Más de 100 futbolistas firmaron una petición denunciando este acuerdo y pidiéndole que reconsidere estas acciones. El papel de los aficionados, los clubes y los jugadores en la promoción de la acción ambiental.
El papel de los aficionados, los clubes y los jugadores en el impulso de la acción ambiental
Los aficionados y los grupos de aficionados deben exigir la asunción de responsabilidades a sus clubes y jugadores. Pensemos en la propuesta de la Superliga Europea que fue rechazada en 72 horas. Cuando suficientes personas se unen, los planes pueden cambiar. Además de las críticas generalizadas de los aficionados, estos pueden acercarse a los miembros del personal de sus clubes y sugerir formas de mejorar la sostenibilidad.
Los clubes pueden impulsar muchas acciones de diverso tipo. Forest Green Rovers, un equipo que compite en la quinta división de Inglaterra, es un buen ejemplo de cómo los clubes pueden proteger el medio ambiente. Otro es el Real Betis de La Liga. Dos de sus principales patrocinadores son Trainline y Social Energy, que promueven los viajes sostenibles y la energía limpia. Además, el Betis ha creado una entidad relacionada llamada Forever Green, que ha trabajado con socios para promover el transporte sostenible, ha creado un ecohuerto urbano e incluso ha fabricado asientos en el estadio con redes de pesca recicladas extraídas del mar español.
Otros clubes de fútbol han dado pequeños pasos para volverse más sostenibles. La AFC Fiorentina tiene a Flixbus como uno de sus principales patrocinadores, y se asoció con Sant'Anna School para facilitar un programa de capacitación centrado en educar a su personal sobre cuestiones de sostenibilidad y economía circular. Las equipaciones del Reading FC para la temporada 2022/23 se confeccionaron con Eco-Fabric (a partir de botellas de plástico recicladas) y las mangas mostraban las franjas climáticas de la ciudad, una representación científica del aumento de la temperatura desarrollada por la Universidad de Reading. Por su parte, el FSV Mainz 05 convirtió todo el sistema de iluminación del estadio a LED con paneles solares en el techo que contribuyen aún más a la eficiencia energética.
En el mundo actual, se podría decir que los jugadores tienen un papel más importante que los clubes. Observemos la influencia que tienen Messi, Ronaldo y Neymar en sus fanáticos. Niños y adultos de todo el mundo copian sus acciones tanto dentro como fuera de la cancha. Si más jugadores pudieran usar su plataforma para promover prácticas sostenibles, esto animaría a millones de personas en todo el mundo a seguir su ejemplo. Héctor Bellerín es un excelente ejemplo de un jugador que usa su plataforma para el bien. Ampliamente conocido por su pasión por la acción climática, va en bicicleta al trabajo, recicla y habla activamente sobre el problema del calentamiento global para alentar a otros a ser más conscientes del medio ambiente. También inició una línea de ropa sostenible y posee acciones en múltiples iniciativas que conectan el fútbol con la acción climática.
Desafortunadamente, la lista de jugadores que toman medidas no es tan larga como debería ser, especialmente cuando se trata de futbolistas masculinos. El problema del cambio climático ya está aquí, y los jugadores deben hacer su parte porque también los afecta. El verano pasado, durante la Copa América, las temperaturas superaron los 40 ºC en una ciudad, mientras que en otra se produjeron inundaciones sin precedentes. Los jugadores, los aficionados y los árbitros se vieron gravemente afectados por la ola de calor, lo que demuestra una vez más que se trata de un problema que ya está disminuyendo la calidad del propio deporte.
Desde los aficionados individuales hasta los jugadores, los clubes y los órganos rectores del fútbol, es esencial que todos hagan lo que puedan para abordar la crisis climática, porque proteger el medio ambiente protegerá el fútbol.