Lic. Gladys González Senadora Nacional Presidenta de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable Honorable Senado de la Nación.
Al finalizar otro año, siempre es un momento propicio para la reflexión y la evaluación de lo que hemos logrado y lo que aún tenemos por delante. Este año, esta reflexión es más poderosa y emocionante para mí, ya que cierro un período de 6 años representando a los bonaerenses y a los argentinos en el Senado de la Nación. Fueron 6 años en los que mi pasión por la función pública se transformó, a partir de mi rol como Presidenta de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable, en un compromiso inquebrantable con la agenda ambiental y de desarrollo sostenible en Argentina y en el mundo.
A lo largo de mi mandato, nuestro país pasó de debatir sobre los potenciales impactos futuros del cambio climático a sufrirlos de lleno, en carne y hueso. Vivimos una Argentina literalmente en llamas. Incendios en Corrientes, en la Patagonia y en Tierra del Fuego. Inundaciones en Buenos Aires. Olas de calor en todo el territorio. Sequías en Córdoba, La Pampa, Mendoza y todo el centro productivo de nuestro país. Momentos muy difíciles que se materializaron en millonarias pérdidas económicas, ambientales y sociales, que nos empobrecieron aún más.
Ante este diagnóstico que aprendí a entender en su real magnitud, tomé la decisión de dedicar cada minuto de mi gestión a transformar la bronca, la angustia y la tristeza en acción. Así, creyendo en el trabajo intersectorial, elaboré y presenté más de 65 proyectos de ley, trabajando codo a codo con el sector productivo, las organizaciones de la sociedad civil, los organismos internacionales, los gobiernos provinciales y locales y el activismo en general. Proyectos de ley que se propusieron integralmente construir capacidades, implementar regulaciones y diseñar instrumentos en el Estado y en el sector privado para avanzar hacia una Argentina resiliente, inclusiva y baja en carbono en todos los sectores económicos, desde la generación de energía, pasando por la producción agropecuaria y hasta al desarrollo urbano en nuestras ciudades.
Otro compromiso que asumí y que considero determinante en la construcción de políticas de Estado, es con la generación de consensos interpartidarios e intersectoriales, los que fueron fundamentales para lograr que algunos de estos proyectos se convirtieran en ley, como la Ley Yolanda, la Ley de Educación Ambiental, la Ley de Alimentación Saludable, la creación de nuevos Parques Nacionales como Ansenuza en Córdoba, Laguna El Palmar en Chaco, Islote Lobos en Río Negro, así como la ampliación de los Parques Nacionales Aconquija y Pre Delta. También fue resultado del consenso interpartidario en el Senado, la sanción de la ley de Neumáticos Fuera de Uso que aún se discute en Diputados, leyes que nos dejan un paso más cerca de una Argentina más saludable, más sostenible y más consciente de la crisis climática y ecológica a la que nos enfrentamos.
A pesar de estos logros, aún estamos muy lejos del objetivo frente a los enormes desafíos que tenemos. Debemos construir un marco normativo que promueva la economía circular, a través de por ejemplo, una Ley de Envases que implemente adecuadamente la Responsabilidad Extendida del Productor. Como así también, promover la transición hacia un sistema alimentario más sostenible, fortaleciendo la agricultura familiar, la agroecología y las buenas prácticas agropecuarias. Además, debemos seguir avanzando en la transición energética, fomentando la eficiencia energética y las energías renovables en todos los sectores de nuestra economía. Esto incluye leyes como la de Etiquetado de Eficiencia Energética en Viviendas, la de Eficiencia Energética en Vehículos y la de Movilidad Sostenible. También es necesario contar con un marco claro para desarrollar un mercado de carbono que facilite el financiamiento, tanto como el acompañamiento para lograr certificaciones de calidad y sostenibilidad, trazabilidad y programas de ciencia, tecnología e innovación aplicados a estos objetivos.
Por otro lado, debemos seguir trabajando para incorporar un capítulo sobre Cierre de Trabajos Mineros al Código de Minería, como así también los delitos ambientales al Código Penal de la Nación; y avanzar en regulaciones que nos ayuden a cumplir con nuestros compromisos internacionales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, como la ley de metano para el sector de hidrocarburos. Asimismo, sancionar una ley de Evaluación de Impacto Ambiental y una de ordenamiento ambiental del territorio que nos permitan además del equilibrio y el cuidado de nuestros ecosistemas, la previsibilidad para nuestro desarrollo productivo.
Tenemos enormes oportunidades para liderar los mercados del mundo, produciendo alimentos sostenibles y energía de manera responsable. Por ello mis iniciativas y las del espacio político al que represento, están orientadas a acompañar al sector productivo con reglas claras para lograr ese liderazgo. El desafío sigue siendo el de abordar la crisis climática y ecológica de manera integral, generando empleo y construyendo una Argentina más justa y comprometida con el desarrollo sostenible. El desafío es hacer frente a la crisis climática sin dejar a nadie afuera, sin dejar países en desarrollo ni comunidades vulnerables afuera. El desafío es, ni más ni menos, alcanzar la justicia climática. Este es mi compromiso y responsabilidad, y me encontrarán siempre trabajando en esta causa para lograr un futuro sostenible para todos en Argentina y en el mundo.